lunes, 2 de marzo de 2015

Castigados de cara a la pared

 Nuevamente, en mi vida vuelven a suceder efectos paranormales y aquí estoy yo, evidentemente, para contároslo. No sé si serán fantasmitas, fantasmones o toca pelotas del más allá pero algo está ocurriendo en mi humilde hogar cuando yo no estoy o estoy en el sobre de los mil sueños.

Mi casa, es un claro reflejo de mi yo. Limpia, con un toquecito de buen olor pero ligeramente caótica. Llena de recuerdos, marcos sin fotos y una gran variedad de mierdecillas de gran valor sentimental para mi.
Lamentablemente, como no puedo tener mi vitrina de personas entrañables (léase: Mi colección de personas entrañables) tengo figuras entrañables.

Aunque resulta, que ahora alguien se dedica a ir poniéndolas del revés, castigadas de cara a la pared.

¡Chan, chan, chan, chaaan...!

Todo empezó con el Principito, un par de veces me lo encontré de espaldas al mundo. ¡De espaldas al mundo! ¡El Principito no, por el amor de Dios!

El zorro ni inmutarse que su amigo estaba girado. Superman, ET y Papa Pitufo, como que le ignoraban. Total, es el nuevo y ya se ve que es un poco rarete. Y R2-D2 como diciendo, yo soy un robot, ni siento ni padezco, que el chaval mire para donde quiera. Ya es mayor y se ve que le da todo bastante igual.

Asín que yo era la encargada, cada vez que me daba cuenta, de volver al pequeño Príncipe a su sitio.
Mi primera sospecha recayó en la mujer de la limpieza. No es que yo vaya ahora de Agatha Christie por el mundo pero como la señora es un poco topo pues parecía obvio que la buena mujer no distinguiera cara de culo. Incluso hice un post con la manía de las señoras de la limpieza de mover cosas (léase: La hada madrina de la pulcritud)
Pero esta semana que tenía yo más la cabeza en sitios muy lejanos que en esta centrada tierra y era incapaz de concentrarme en la mundana televisión, me fijé que tenía dos muñequitos más asín como despistados, mirando hacía la blanca pared.

Me pregunto qué mal habrá hecho mi pequeño dragón de Sant Jordi. ¿Calcinar las cejas de papá Casper? ¡Pero si sólo saca humo avainillado! Ya, el primer Dragón de Sant Jordi gay. ¡pero es tan mono y entrañable!

¿Y la pequeñizna de las matriuskas qué? ¿A caso, sus hermanas le han castigado porque se mueren de envidia por ser ella la más entrañable de todas? Pero si a penas tiene carita, pobrecita mía. Y si te fijas bien, las demás están como disimulando. No, nosotras no hemos sido... ¡Qué va! ¡Arpías!

Esperemos, que mis muñequitos se estén quietos una temporada porque al final, voy a pensar que en mi comedor se está rodando la cuarta parte de Toy Stories y yo sin enterarme. Y no es por nada pero para mi que el alienígena de trapo que sobre sale del cuadro de Van Gogh es el que domina todo el cotarro...

Por cierto, ¿os parece normal la de veces que he escrito entrañable en esta entrada? ¿No existe sinónimo de entrañable o soy yo que hoy me levantado ñoña?

Ah, insisto no estoy loca o al menos eso dicen los expertos...

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