El tiempo me quiere

¿No os da la sensación que cuando estáis triste el tiempo está oscuro, con nueves y a punto de llover...?,  ¿Qué cuando estáis alegre el sol más brilla, las nueves son más blancas y con formas maravillosas? Pues desde ese punto de vista, un día quede con una amiga. Estaba especialmente de buen humor pero ese día el tiempo no me acompañaba como siempre, no era fiel a mi estado anímico.

La idea era ir al zoo y mi amiga insistía en que los nubarrones eran de lluvia. Y yo "que no, que no, que a mi el tiempo me quiere, que cuando estoy contenta hace sol y cuando estoy triste hay nuves y hoy estoy muy contenta, ya verás acabará saliendo el sol".

¿Habéis ido alguna vez al zoo en un día gris? Pues los animalillos se esconden, los delfines no saltan e incluso, por aquella época, la orca se divertía sola con el tapón de la piscina (otra anécdota que contaremos más adelante).

Aburridas porqué el parque poco más nos podía ofrecer decidimos volver para casa. Estuvimos debatiendo en que transporte volvíamos. Yo quería volver andando y mi amiga insistía en que los nubarrones todavía estaban ahí y ya empezaba a chispear. Y yo dale que dale con "que no mujer, que a mi el tiempo me quiere, ya verás como no nos mojamos". Acabamos yendo a pie...

Y como ya os podéis imaginar, en medio del puente de Marina llegó el tormentón!!! Jamás he pasado tanto miedo! Truenos, relámpagos, viento... Hasta me pareció ver a una abuelilla volar con su plastiquillo en la cabeza...

Todavía recuerdo los gritos de mi amiga entre trueno y trueno "¡¡¿Con qué a ti el tiempo te quiere, no?!!"