viernes, 26 de noviembre de 2010

La edad de la inocencia. Parte I

Desde que era adolescente he pasado algún que otro verano en Formentera. Es maravilloso porqué todo el mundo está de vacaciones y es feliz. Digo todos, porque allí solo viven 2, el resto viene a trabajar la temporada o realmente esta de vacaciones.
 
Quizás los hippies se estén estinguiendo pero su alma, su "savoir faire" sigue allí. Como si la cantidad ingente de porros que se hubieran fumando en los 70 aún permaneciera en forma de nube sobre la isla. Aunque a veces, se descuelga algún italiano mal educado y con voz de pito es un sitio acogedor para cualquier viajero.
 
Os cuento esto para que entendáis la filosofía, la manera de pensar de una niñas de apenas 18 años. La primera vez que pisamos la isla era todo aún virgen, las playas eran increíbles, había chiringuitos hechos con maderas traídas del mar, roídas, blanquecinas por la sal. Y un señor desnudo con una barba sin fin te servía una coca-cola que la había mantenido fresquita con las olas del mar.
 
Ninguna de nosotras tenía carné y viajábamos de un lado a otro como buenamente podíamos. La mayoría de veces, la madre de una del grupo, nos traía y nos llevaba. Excepto cuando llegaba la noche, que ella solo nos llevaba hasta un bar y allí ya nos las apañabamos.  Eso significaba la mayoría de veces pedirle a gente desconocida y probablemente más alcoholizada que nosotras que nos llevara del punto A al punto B. Allí para ir al punto C (casa) también teníamos que apañárnoslas. Si no encontrábamos gente desconocida que nos pareciera de confianza nos acercábamos a la primera carretera y sacábamos el dedo. Total, que más de una vez, éramos unas cinco menores, con vestiditos de verano, pintadas como putas y borrachas. ¡Pa habernos pasao de !
 
Pues os puedo asegurar que, no solo no nos pasó nunca nada sino que incluso una vez nos pararó una furgoneta volkswagen, de las de flores pintadas y nos dieron una piruleta a cada una. Vuelvo a repetir la imágen, por si es os había ido de la cabeza, éramos unas cinco menores, con vestiditos de verano, pintadas como putas, borrachas y lamiendo una piruleta...

2 comentarios:

  1. jajajajajajajajajajajajajajajajajajaajajajajaja!!!

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  2. Cualquier madre se escandalizaría al leer tu relato niña! Jajajajajajajajjajaajajajajajjajajjajjaja.

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