miércoles, 28 de septiembre de 2011

Porqué mi abuela siempre me decía que tenía la cabeza de pomo de escalera...

                                                       









Imagen extraída de aquí 

Estuve muchos años viviendo con mi abuela y siempre me agasajaba con grandes elogios como este o "¡el que no tiene memoria, ha de tener piernas!" Me gritaba por el pasillo cuando me dejaba algo.
Era su peculiar manera de decirme algo que ya me viene de muy, muy pequeña. Si, soy un verdadero despiste. ¡Tengo la cabecita 
llena de pajaritos! ¡Pajaritos monísimos azules y amarillos correteando por mi corteza cerebral!

Me he decidido a contaros este pequeño defecto porque esta mañana me he tenido que reír de mi misma. Eran las 8 de la mañana y no iba muy despierta, aún así me he dado cuenta que el indicador de gasolina me avisaba que tenía muy poco margen de recorrido (si, soy de las que apuran la reserva). Me he dirigido a la gasolinera más cercana, he aparcado, he sacado la llave del contacto, he cogido mi bolso, me he sacado el casco, he pagado, me he vuelto a poner el caso, he dejado el bolso, he desaparcado la moto y me he ido. Al cabo de un  par de calles he visto que el indicador de la gasolina continuaba en la misma posición. Ayer estuve en el mecánico y no me dijo nada de que el indicador estuviera mal. Dos calles siguientes, como una iluminación me he dado cuenta que no es que estuviera roto el indicador, ¡es que yo no había puesto la gasolina!

He tenido que volver y con la cara mirándome los pies decirle a la señorita expendedora de gasolina la situación. Ella ha reído y me ha dicho que no pasaba nada, que todavía estaba a tiempo de ponerme la gasolina sin problemas. ¡Qué vergüenza!

En otra ocasión, mi prima me pidió que le dejara el taladro para poner una estantería. Me dijo que en un minuto estaría en mi casa su novio para que yo se lo diera. Entonces yo le indiqué que me tenía que ir que de camino me cruzaría con él y que ya se lo daría. Colgué, cogí el abrigo, el bolso y me fui. Justo cuando me encontré con él vi que me miraba de forma extraña, como sorprendido de verme. Le pregunté que si no había hablado con mi prima. Él me indicó que si, que le dijo que yo le traería el taladro. ¡Entonces fue cuando me di cuenta que no había cogido el taladro! ¡Alé! Vuelve a subir los cuatro pisos de mi casa para coger el maldito taladro y encima llegar tarde. Cosas como esa le alegran uno el día...

Aunque ya sé que muy normal no es también sé que mucha gente vive en el despiste continuo. Que se han llegado a encontrar cepillos de dientes en neveras, zapatos en congeladores...

3 comentarios:

  1. Jajajjaja, qué bueno lo de la gasolina!!! Mi compañera de piso alguna vez se ha olvidado de cerrar la puerta de la calle al entrar, que también es grave... U_U

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  2. el otro día iba a picar en el metro y saqué las llaves de casa.
    (No funcionó)

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  3. Jajaja. Ya ves a veces nos despistamos mucho. La anécdota de la gasolina es brutal! De las mejores que has contado ^___^
    Hablando de despiste... Un día recogiendo la compra puse las compresas en la bolsa del pan... Mi mami todavía se rie de mi...

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