Queridos seguidores, como ya sabéis hay dos cosas que inexplicablemente se me resiten. Las bicicletas y las cosas vinculadas con el elemento agua.
El otro día, se me ocurrió la genial idea de cambiar la alcachofa de la ducha. Era una alcachofa ya vieja, de esa que cuando las compras son blancas y con el paso del tiempo se vuelven amarillentas y feas. Me bajé a la tienda de los señores orientales que tienen de todo y compré una nueva. Al día siguiente, antes de ducharme me decidí a cambiarla. ¿Mal momento, quizás? Bueno, una vez medio desnuda y con el destornillador en la mano, no sé porqué, pero no me pareció tan mala idea. De hecho, pensé que sería fácil y no habría problemas. A veces, no sé como después de tantos años conviviendo conmigo misma no me doy cuenta de estas pequeñas mimiedades y que la normalidad no abunda a mi alrededor...
Total, que como imaginaba no fue tan dificil. Ya tenía la alcachofa puesta y con el sujeta-alcachofas bien atornillado a la pared. Asín que decidí acabar de desnudarme e introducirme dentro de la bañera para proceder al lavado de cuerpo integral. Abro el grifo... Bien, sale agua! Aprieto el pitorro que desvía el caudal del grifo inferior a la alcachofa y... ¡¡¡Booommm!!! Me quedo con él en la mano...
El pitorro consta de pitorro 1 el exterior, con el que me quedé en la mano y pitorro 2 el interior que es el que se encarga de desviar el agua.
Intento varias veces meter y sacar el pitorro 1 pero no hay manera. Mi instinto de tozudez me impide taparme con una toalla, vestirme e irme. Al contrario, cojo un trozo de hilo dental e intento enrollarlo en el pitorro 2 porque veo que el pitorro 1 es el que se ha dado de si y el pitorro 2 queda holgado en el interior del pitorro 1 y por eso se sale. Desisto, mi invento McGyver no funciona. Cojo las pinzas de los pelos de las cejas e intento levantar el pitorro. ¡Mi tozudez no tiene límites! No hay manera, resbala, demasiada agua en juego. Lo intento con el destornillador a modo palanca. ¡Tampoco! Salgo en bolingas y con un cabreo impresionante hacia la cocina. Ahí, cojo unas pinzas de la cocina, lo pruebo con ellas y tras varias veces... ¡Bingo! ¡Funciona!
O sea, que ahora en uno de los estantes del baño tengo guardadas las pinzas de la carne para poder subir el pitorro 2. Problema: que con las pinzas, a medida que voy fallando el tiro y no sube el pitorro 2, éste se va desgastando y va soltando trocitos de plástico. Y mi pregunta es: ¿Hasta cuando tendré pitorro 2?
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