El tema de dormir siempre me ha inquietado mucho.
Imagino que las personas que necesitamos tenerlo todo bajo control el estar
unas horas desconectados no nos mola un pelo y, a ver, no os confundáis que
marmotilla soy un rato pero soy más de remolonear en el cama que no caerme en
coma ocho horas en el sobre de los mil sueños.
Y eso de perseguir tus sueños... Ejem, ejem. Como yo empiece a correr hacía
mi mundo onírico vamos apañaos, de ahí no me sacáis. No he visto persona más
rara con los sueños que yo. Si despierta no me considero una persona normal
ya ni os cuento sobando. No es que tenga pesadillas de terror pero sí que más
de una día me levanto con un mal cuerpo que pa qué. Y lo curioso es que casi siempre me acuerdo de lo que he soñado.
Una vez, se ve que me estaba haciendo pipí, que por una extraña razón a la
que te haces mayor la vejiga aprieta cada vez más para joderte la paz de la
noche y como la pereza, en más de una ocasión me puede y me resisto a
ello, pues integré esa sensación en mi sueño. Me vi en un castillo estereotipo
enorme, como si fuera construido de piezas lego, lleno de puertas. Detrás de
esas puertas se suponía que había baños donde yo podía miccionar pero a cada lavabo
que entraba el desafío era peor. En uno me encontré un tigre dando zarpazos al
aire, casi infarto cuando vi sus fauces abiertas en amenaza de zamparme viva.
En otro un cocodrilo con la misma actitud, quizás esa noche había cenado poco y
me hubiera comido a mí misma porque en la tercera puerta encontré una piscina con
un tiburón dando dentelladas al agua. Finalmente, desistí de abrir puertas y
abrí los ojos levanté mi cuerpo serrano y, por suerte, en mi baño no había
ninguna fiera a la caza.
Pero a mi dormir y descansar en general me cuesta un montón. Desde que me
independicé, hace unos añitos ya vivo, o más bien duermo, en un sin vivir. Eso
de dormir sola, la verdad, es que lo llevo mal, muy mal. Cuando no pienso que
me van a entrar unos albanokosovares a violarme y robarme hasta los calcetines pienso
que un bicho se me puede comer o incluso que mi querida Parca o sus compinches
los fantasmas vienen para hacerme una visita exprés. Como dice mi amiguita M el
WisperXL que me insertaron cuando era pequeña en los oídos se agudiza a la que
pongo la cabecita en la almohada. ¿Cómo puede ser si anulo una oreja con el
cojín? En fin, el caso es que a cada micro ruido a mí me da el susto de la vida
y se me acelera el pulso de tal manera que un día de estos me da un soponcio.
Entro en pánico y ya me desvelo y asín pueden pasar a veces minutos, a veces
horas hasta que me calmo. Eso si los ruiditos no se empiezan a acumular. El
arrastrar de los muebles de los vecinos, una plantucha que mueve el viento, un
grito a lo lejos de la calle…
Antes cuando tenía a mi querido Capitán podía conciliar el sueño con más
facilidad porque confiaba en que si corríamos peligro él me despertaría. Ya sé
que parece una tontería pero solo duermo tranquila cuando estoy con alguien.
Tampoco es necesario que me abracen a lo cucharita pero solo con saber que no
estoy sola y desprotegida mi cuerpecillo ya se siente tranquilo y en paz pero
como no puede ser la que acaba pareciendo un fantasma, zoombie o bicho raro soy
yo por las mañanas en agónico sueño.
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