miércoles, 24 de agosto de 2011

Mi enemiga mortal

Mi enemiga mortal es la abeja/avispa/animal volador con rayas... ¿Las sé diferenciar? Mientras vuelan a menos de un palmo de mi nariz, no. ¿Me han picado alguna vez? No. Pero creo firmemente que puedo morir por una picadura de ese maldito animal. ¿Me hecho las pruebas de la alergia? No. También tengo fobia a los médicos y sobre todo a los que te hacen esperar una eternidad en su sala de espera. ¿Puedo controlar mi fobia? A veces si, a veces no, la mayoría de veces no.
 
No siempre he sido tan tiquismiquis con estos insectos. Más bien al revés, cuando era pequeña en el patio que tenemos en la casa de la Costa Brava había montones y montones de ellas. Incluso, en la sombrilla que teníamos plantada siempre para dar sombra a la mesa de comer se hacían colmenas. No es que jugara con ellas pero si recuerdo que jugaba a montar una tómbola colgando todos mis juguetes i mis trastitos de la sombrilla con ellas y su panal. Convivíamos felizmente en nuestro patio de atrás.
 
Recuerdo una vez, que llegamos a la casa después de estar todo el invierno cerrada y nos costaba mucho abrir la puerta de la entrada. Había algo en el suelo que nos impedía abrirla bien. Recuerdo como mi madre con el brazo me apartaba porque yo intentaba saltar por encima de ella para ver qué era lo que nos oponía tanta resistencia para entrar en la casa. Cuando por fin mi madre logró abrirla del todo vimos como una manta de abejas, avispas o lo que fuera aquello cubría todo el suelo de la sala y parte de la cocina. Era como si un millón de animalillos voladores se hubieran refugiado en aquella casa y sin saber porqué murieron todas de golpe dentro de nuestro salón. No recuerdo si mi madre en un ataque de valentía las sacó de allí o quien fue el osado que comprovó que estaban todas muertas. Ahora mismo me pasa esto y sólo me da tiempo de llamar a urgencias para que vayan poniendo en marcha el desfibrilador del ataque que me daba.
 
Pero hace unos años, ya vienen a ser casi una década que algo le pasó a mi cerebro para que animal que veo volando animal que me provoca pánico total. Y sin miramientos aparto a quien sea, embarazadas, niños, abuelos... En una ocasión casi tiro a una amiga escaleras del metro abajo. Yo con tal de salir pitando del radar del bicho, ¡mato!
 
O peor aún, casi me mato a mi misma, una vez que salté de la moto en marcha porque una abejita se posó en la visera de mi casco. En medio de un cruce, acabó la moto por un lado, yo por el otro y la abejita rondando por el medio como si no hubiera pasado nada. Todos los vecinos oyeron el estruendo y el griterío, pensando que me había matao fueron a mi rescate. Yo cual ninja me levanté y me escondí de la abejita detrás de una columna de una de las casas. Una de las personas que salío a socorrerme fue mi madre, en cuanto vió el motivo de mis espavientos detrás de la columna tranquilizó al resto del vecindario, me cogió del brazo y me llevó para casa, a salvo de la abejita.
 
Menos meterme en un contenedor creo que he utilizado ya todas las formas habidas y por haber para esconderme. Una vez, estuve más de una hora dentro del agua porque en la orilla de la mini calita donde me encontraba había una de ellas. Yo arrugada como una passa y quemadíssima por el sol y la tiparraca que no había forma de que se largara. ¿Por qué les gustará tanto el agua? Ir a las piscinas o cualqueir sitio donde haya charquitos y césped me parece totalmente inviable pero el agua del mar... ¿Por qué les gustará? En otra ocasión, me cogió tal ataque de histeria que me tuvieron que tirar desde las rocas al mar para que callara ¡Terrible!
 
Doy gracias a mis compis de trabajo que son comprensibles. Son ellos los que me tienen que soportar y cada vez que entra una me avisan y puedo salir, con más o menos dignidad, depende de la ocasión, mientras ellos se encargan de echarla fuera del despacho. Ahora hemos puesto mosquiteras y parecen que no entran tantas, porque llegó a un punto que cada dia estaba al borde del infarto por las malditas viudas rayadas.
 
Según Einstein "Si la abeja desapareciera del planeta, al hombre solo le quedarían 4 años de vida". Bueno, pues al menos viviríamos 4 años tranquilos, ¡¡coñe!!

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