martes, 22 de julio de 2014

La relatividad de la valentía

Siempre he pensado que ser valiente se era o no se era. Por ejemplo, hay que tener muchos arrestos para tirarse en paracaídas, que se llamará para-caídas por algo, sino se llamaría para-llegadas-tiernas-en-algodón-al-suelo, pero supongo que ese nombre resultaba ser demasiado largo. En fin, que se llame como se llame, hay que tener unos cojones que doblen el tamaño de tu cerebro; para que así, en el momento en que estos suban hasta tu cabeza, te impidan pensar qué coño hago aquí y porqué se me habrá ocurrido a mi hacer estooooo... ¡¡tan increíble y maravilloooosoooo!! 

Como yo soy de extremos, siempre me he sentido fatal porque me veía muy mucho a mi misma a cual leoncio del Mago de Oz. ¡cagadilla, cagadilla! Cada vez que alguien me dice que soy valiente por cualquier cosa, me sacude las pocas neuronas que tengo. Dicen que si vivir sola que si es de ser tan valiente.  Pos anda que convivir con gente y no matarla a la primera de cambio. (nota para el lector: no es que sea yo una psicópata pero si soy más bien de paciencia limitada). O viajar sola, otro clásico de la valentía moderna. A todos nos gustaría ir por los puestos con la red de seguridad de nuestros amigos metidica en la maleta pero a medida que nos hacemos mayores coincidir con alguien en vacaciones sin niños ni cargas varias es un milagro y como a mi me gusta muchísimo viajar pues no me toca otra. Tampoco es que me vaya muy lejos, como dice una amigo de una compañera de curro, siempre a países que acaben en civilización. Ánimo mucho a los que este verano hacen su primer viaje solos, ya veréis que hacer lo que os de la gana en cualquier momento es una sensación de libertad muy peculiar, sobretodo cuando llegas al punto de "¿bueno, y ahora qué hago? y la respuesta es un "pues... no sé", totalmente inviable porque eso significa estarse quieto en un punto hasta que te decides. Hay M que nos hará sufrir solita por la India, que aunque la cosa esté muy avanzada, ir una chica sola por el mundo aún lo veo yo un pelín peligroso.

Pero volviendo al tema de tener los huevos como un torito bravo, recordad que hay una delgada línea entre la valentía y la estupidez humana. Me refiero a esos memos cabezas de chorlito que van a los San Fermines, a dos centímetros corriendo delante del bravo y ellos haciéndose un selfie. A los que no respetan las banderas marítimas y se meten hacer 100 metros largos con bandera roja. A los que se pasan por el forro la leyenda urbana de será verdad o no lo del corte de digestión después de comerse una paella, postre y carajillo en el chiringuito. A los se van a tomar un mojito a 20 kilómetro de sus casas y como se está muy bien me tomo otro y vuelven to torraos por la carretera provocando accidentes. Que si, que ya sé que yo soy un poco peripuñetas con esto de las normas y que lo normal en veranito es ser un poco más laxo pero si vierais con mis ojos las temeridades que hacéis algunos para gozar del calor o el frescor, como mejor se disfrute, no lo haríais. ¡Temerarios, irresponsables! Que no estáis solos en el mundo y seguro que hay mucha gente que os quiere, pensar en ellos. Por favor, queridos lectores be careful, que os queda mucho Normal por leer.

Y después de estas lineas bronquiles muy bien merecidas para algunos, sólo me queda desearos feliz verano y que disfrutéis mucho de vuestras vacaciones. A mi aún me queda bastante para esos días esperados de relax & panching pero no os preocupéis que ya os mantendré al tanto de mis peripecias y aventurillas estivales.

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