El otro día iba yo pensando en mis cosicas que ya
sabéis que yo soy muy de darle vueltas a todo y reflexionar y reflexionar hasta
mi cabeza estallar, cuando me planteé el tema del infierno.
Al tener unos padres hippies comunistas no pasé por ducha bautismal y mucha
idea del tema no tengo pero aún así no puedo dejar de preguntarme cómo sería el
infierno.
¿Estaríamos todos arrebujados en un mismo espacio conviviendo todos con
todos? ¿Después de media vida de penurias, una vez muerta me tengo que codearme
con el niño abusón del cole que llamaba fea? ¡Venga, hombre! Si la cosa va a ser que ahí abajo me encuentre a todos los que en la
Tierra me han increpado alguna vez o me han hecho daño, van a ser sotopocientos contra mi solita. Casi que no digo más el nombre de Dios en vano a ver si entramos por la puerta
grande del cielo que quizás la cosa está más tranquila por allí arriba o al
menos algo más organizadita.
Si yo tuviera que montar un infierno, de temperatura lo dejaría igual, bien
calentito pero lo haría de forma departamental: A los asesinos y psicópatas que
dan un miedo qué pa qué, bien cerradicos en la puerta número 1. A los que no
contestan los mensajes e impresentables en general a la puerta número 2. La
puerta número 3 para los agresores de los sentidos como los que te
escriben "k tal stas" (¡Eh, J! Que para tu cumple te voy a regalar
mis ojos para que dejes de torturarlos) junto con los chonis, Belenes
Estebans y frikis de Telecinco. En la puerta número 4 pondría a los gorrones,
vagos, abusones, defraudadores, políticos y toda esa escoria humana que
se cree superior a los demás para que se peleasen entre ellos. Y así iría
ubicando a la gente en habitaciones según la rabia que me fueran produciendo. Por supuesto, a los impuntuales los dejaría en el limbo para toda la eternidad.
¡Pa que aprendan lo que es esperar!
Quizás me estoy pasando con el egocentrismo y eso de creerme juzgador de todos, como si fuera... cómo... ¿Cómo Dios? Mejor me quedo normal a ver si con la tontería me voy de culo para abajo.
Mejor se lo dejo a Woody Allen que en la película Desmontando a Harry creaba su propio infierno por
plantas, a medida que el ascensor va bajando por ellas una voz femenina le va
indicando qué se puede encontrar en cada una de ellas. Muy bueno el gag en
cuanto llega a la séptima planta. ¡Os la recomiendo!
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