viernes, 11 de marzo de 2016

Son las cosas de la vida, son las cosas del comer

Hoy es un día triste para mí. Hace un tiempo, que quien me conoce ya sabe que mi cara se ha vuelto más avinagrada de lo habitual debido a unos dolores de tripa bastante incesantes y molestos. Como no saben a qué es debido, mi doctora no le queda más remedio que jugar al descarte y esta vez le ha tocado a la lactosa. ¡Oh, Dios! ¿Por qué?

Como persona pesimista que soy ya he caído en el drama más absoluto. ¿Y ahora qué voy hacer? ¿Cómo voy a vivir sin mi cortadito de todas las mañanas o mi yogurcito de las noches?

Desde mi humilde blog, doy un abrazo a todos los celíacos e intolerantes en general a los alimentos más ricos del mundo y solo le pido a Dios, a Buda o a Sant Ferràn Adrià o a quien sea que no me quiten el jamón. ¡Por favor, el jamoncito, noooooooooo!

Y es que como son las cosas, toda la vida zampando a libre albedrío y de golpe un día te vienen con lo de que eres intolerante a... ¡Me cachindiez! ¡Y no me vengáis con el Kaiko que os pego,eh! Que a mí la leche me la pinfla, yo lo que no quiero es que cambien mis hábitos de comer, que ya bastante me cuesta no alimentarme a base de cosas ricas y conformarme con cosas medio saludables con medio gusto a algo...

Mi madre, Juanita Banana de Gracia, se ha pasado la vida entre frutas y verduras y ahora gracias a una prueba donde tuvo que estar embolsando su aliento durante horas, descubrieron que no tolera bien la fructosa derivada de la fruta y la verdura. A ver ahora dónde encuentra frutas y verduras sin fructosa, eh Kaiku, ¿ahora què fem?. Si es que... ¡Lo que digo, condenados a comer una pipa de girasol al día!

Que cada vez hay más gente jodida de la barriga es un hecho. La juventud se nos escapa a pedos como si fuera el motor que nos empuja hacia la vejez. Maldita vejez que me quieres apática de múltiples sabores, azúcares y migajas de pan en un sinfín de cereales. 
 
¿Por qué todo lo bueno engorda? ¿Por qué todo lo bueno es malo? ¿Por qué la vida es injusta?

Quizás lo normal no sea estar todo el día pensando en qué comer y porqué lo que realmente me apetece comer es mierda pura empaquetada con bonitos colores. ¡Pero, como dice MM, si soy gorda de alma qué le vamos hacer!
 
Feliz fin de semana y a disfrutad con o sin lactosa, con o sin fructosa, con o sin gluten... ¡A disfrutar, conio!

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