Hace
unos días vi un programa de televisión sobre el humor (Bailén 20), de estos que
solo se puede ver por internet, que son los que veo yo porque de un tiempo para
acá no sé qué ha pasado con la televisión tradicional pero me aburren
soberanamente sus programas y en mi nuevo hogar ni tan solo me molesté en
conectarla al cable convencional para poder sintonizar las cadenas. La cuestión
es que hablaban del humor como una forma de vida. Decían que quien vive del
humor y se nutre de él es una forma de vida más saludable y positiva.
Bueno,
vamos a ver la otra cara del humor. El dark side del jijiji y el jajaja. Yo que
soy asidua del Humor Lifestyle, a
veces, es más una carga que otra cosa. Que tú estás empreñada como una mona o
más triste que una cebolla con la lagrimilla y la gente descojonándose de ti en
tu cara. Claro, al no poder explicar las cosas de forma normal, sin un
chistecico o una gracieta pues me da la sensación que, como decía mi abuela, a
mí la gente no me hace caso ni a fums de sabatot. El otro día, estaba con una amiga, en una
terraza, tomando una cervecita para pasar el calor de estos días y me puse a
contarle mis penurias habituales. ¡Pues la tipa mondada de la risa! ¡Y no solo
eso que los de la mesa de al lado también, ni que yo fuera monologuista
señores! Al final, voy a tener que pasar la gorrilla para ganarme unas perras
extras, ya lo veo.
Tenía
un amigo que siempre me decía que era especialista en romper la magia. Esa es
otra, a la que se me acerca alguien con posibilidades a mí me sale la vena
graciosilla y con mi nerviosismo habitual de monguer anticoqueta ya la hemos
liado y si, si, descojonados todos pero de ahí no pasamos y si pasamos aún es
peor que cuando más seria se pone la cosa más puedo salir yo por peteneras. Que
ya se pueden esforzar mucho en crear un ambiente ideal que yo me pongo a
perrear o hacer el canelo y me quedo tan ancha. ¡Solo el que sabe redireccionar
mi tontería es el que se lleva el premio!
Pero en
este programa hacían una reflexión que me gustó muchísimo. Nuestras parejas o amigos
son nuestros amigos porque son con los que conectan con nuestro tipo de
humor. Yo tengo amigos de todas las clases políticas y sociales y siempre me
parecía raro como podía tener amistad con gente tan diferente a mí. Entonces,
al oír esa frase en el programa, me acordé de los momentos tan divertidos con
los que he pasado con los que son quizás más distantes, por ejemplo, políticamente
a mis convicciones y lo entendí todo. Fijaros que pasa si es al revés... que no hay cosa peor que te venga un
tío pensándose que es gracioso y tenga la inteligencia y la gracia de un
orangután. ¡Mucho mejor los bonobos! Todo el día riendo, jugando y… bueno quien
quiera saber más de estos monitos le recomiendo el programa de Redes dedicados
a ellos, que mira, casualmente es de la televisión convencional (https://www.youtube.com/watch?v=wpoH6SrQjXM).
Aunque
a veces, el humor para mí sea una losa por no saber expresar mis sentimientos adecuadamente si no es a través del chascarrillo y se vean flaqueados o desvalorizados por ello,
estoy de acuerdo en que la risa une a la gente y es muy hermoso poder
sincronizar carcajadas por tontadas y nimiedades, sin más, solo por el simple
hecho de estar a gusto con esa o esas personas.
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