lunes, 24 de junio de 2019

Aprendiz de bruja piruja


Es la época de las brujas, su solsticio veraniego y San Juan su momento álgido. Fuego, mar, conjuros... Y yo en un baño diminuto quemando papelicos...

Una compañera sufridora de mi mala pata y gafería constante, conocedora de truquis del almendruqui de brujas ancestrales me aconsejó que hiciera algunos rituales sanadores. 

La cosa era simple, en un papel ponías todo lo malo, lo quemabas y lo enviabas a mar, vía formal bajando a la playa o tirando tres veces de la cadena del wc que va a parar más o menos al mismo sitio. En otro papelico ponías las cosas buenas que querías que salieran bien. Lo quemabas con una vela de té y mirando fijamente la llama mientras se quemaban tus deseos pedías muy fuertemente que se cumplieran. Entonces te dabas un baño purificador dejando que la vela se consumiera por completo y a mar otra vez las cenizas.

Sabéis aquello de... En mi cabeza sonaba mejor. Para muestra un botón.

21/06/2019 - 22:00 p.m. (aprox.)
Me pongo hacer la lista de las cosas malas que quiero dejar atrás. Fácil, demasiado fácil, qué penica. Lo enrollo a modo droga porro y busco un hilo para atar el tubito de papel. Luego, cojo el cuenco de una figura de un pequeño dragón quema incienso que me regalaron hace años y que no he utilizado nunca porque a mí el incienso ñec y me voy para el baño cargada con todo y un encendedor clip convencional. Lo dispongo en el mármol de la bañera, cierro las ventanas para que los vecinos no llamen a los bomberos y pongo el ambientador escupi automático encima del retrete para que vaya haciendo su trabajo y disipe el pestazo a papel quemado. 

Todo listo, vamos allá, enciendo el papelico, se apaga, vuelvo, no consume, vuelvo, me quemo con el puto chisquero del clip, mierda, lo tiro por los aires. Lo recupero, vuelvo a prenderle fuego al tubito de papel medio quemado ya. Venga, falta la mitad. El primer escupi automático ha hecho que con el impulso el ambientador salte dentro del baño, joder, qué asco. Lo recojo y lo desmonto para su mejor secado. Vuelvo a lo mío y sigo intentando quemar lo que queda del conjuro. Como no quiero repetir experiencia mientras el encendedor va quemando yo soplo suavemente el artilugio y a su vez el papelico para ver si se quema ya del todo. Por fin, después de parecerme una eternidad aunque no llegaron ni a pasar cinco minutos concluyo el tema. Después de toda la martingala se me olvida la parte final y, a la espera de que mi compi me pueda socorrer con el resultado, lleno una bolsita con las cenizas. Limpio el cuenquito, lo devuelvo a su dueño, el dragón, y sigo mi vida mirando Netflix con una bolsita al lado que, por el tamaño y aspecto, parece cocaína pocha.

22/06/2019 - 21:30 p.m. (arpox.)
Mientras estoy meando recuerdo lo que tengo que hacer con las cenizas. Tiro de la cadena para no mezclar pipís con mis deseos enviados a mar y tiro las cenizas y le doy otra vez al botón de la cadena. Mi móvil parpadea y veo que ya tengo la resolución. Debo tirar de la cadena tres veces. Pacientemente, me espero a las siguientes tercera y ya cuarta carga y descarga del agua. Mi vecino confirma para sus adentros que debo sufrir de cagalera muy fuerte.
Veo que el mensaje sigue con más instrucciones. El segundo ritual de purificación. No dispongo de ninguna vela, elemento principal y decido posponerlo al día siguiente que todavía tengo tiempo ya que el solsticio acaba con la verbena de San Juan.

23/06/2019 20:30 p.m. (aprox.)
En el paki de abajo he conseguido velas. De las normales, de esas de la era antes de los móviles y que utilizábamos si se apagaba la luz. Como me niego a tener que esperarme a que se consuma ese cirio pascual la corto y la dejo a tamaño dedal enganchada a la tapa de un pote de cristal que iba a tirar. Como la vela no es de té abro un sobre del Earl Grey que me tomo por las mañanas y sazono la vela como quien pone orégano en la pizza. McGiver haciendo magia casera y... ¡Listos!

Repito el proceso del papelico, escribo mis deseos, lo ato con un hilo verde, a conjunt con la vela y vuelvo a rescatar el cuenquito del dragón quema incienso. De nuevo lo dispongo todo en el mármol de la bañera, que ya tengo preparada con agua hasta arriba y bien de espuma. Si hay que purificarse, se purifica una bien. Me sirvo una copa con un vino blanco D.O. Empordà bien fresquito y esta vez para ir más rápido paso del encendedor normal y me voy directa al chisquero de la cocina. Enciendo la vela y con ella quemo una punta del rollito, miro fijamente el fuego sin poder evitar bizquear un poco cuando empieza a prender y a oscilar la llama. No es tarea fácil ser bruja y cuqui a la vez. Como el rollo es pequeñin y no me quiero quemar los dedos lo dejo consumir en su cuenquito. Esta vez tarda mucho menos y en seguida me puedo poner en la bañera a relajarme, mientras, la vela va desapareciendo al son de mi lista de Spotify lentas 2019 y yo me voy dejando llevar a un mundo mejor. One day I fly away...

El drama viene cuando tiro por tercera vez de la cadena del wáter para despedirme definitivamente de mis deseos. Mentalmente los repaso hasta que llego al último y me doy cuenta que me he equivocado. ¡Ay, no! ¡Paren eso! Digo mirando fijamente el agua ya apaciguada del retrete. ¡Mierda, mierda! Me había equivocado en un detallín.... Yo quería poner que quería estar en buena forma física porque me gustan mucho las clases de J-JD-D (sí, sí, usa tres nombres y ahí están todos) y como me ahogo y no llego pues yo.. solo quería... estar un poco mejor y... me lié y puse que quería físico. Ahora el que reparte la suerte creerá que soy una superficial asquerosa y quiero un cuerpazo, ¡que a mí eso me la pimfla! ¿Y si se confunde y cree que lo que quiero es a un estudioso de la física? Claro que si es un físico nuclear que cobra un dineral por no apretar jamás el botón de pum... Pues oye, no llegaré a danzar como una ágil bailarina pero la vida me la resuelve, eh. En fin, que ahora me toca ver qué sucede con mi vida... Lo que viene siendo lo normal, ¿no, queridos fans y lectores en general?

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