martes, 2 de noviembre de 2021

Se traspasa


 Hola compañeros, amigos y fans en general, he decidido acabar con la búsqueda de la normalidad. La sociedad, el caos y la humanidad en general ha podido conmigo. Lo admino, ya no queda NADA NORMAL! 

Me he convertido en  un junco que enraizado al lado del río fluye con su danza relajada viendo la vida pasar. Que noooo! Memeces! Antes muerta que dejar de escribir, que parece que no me conozcais todavía.

Tengo un nuevo Blog y allí os redirijo. Os invito a que os paséis. Allí podréis encontrar relatos, textos presentados a concursos varios y nunca ganados. Con lo necesario que es hoy en día el humor y que en mal sitio nos dejan siempre a los escritores que le dedicamos tanto tiempo a ello. También encontraréis sorpresas, anuncios de mis próximas publicaciones y de las viejas todo bien ordenadito.

Solo me queda despedirme de este blog que me ayudó tanto a descubrir lo que realmente me gustaba de esta vida loca. 

Gracias a todos por leerme y os espero en HISTORIAS DE MAICA




jueves, 1 de agosto de 2019

Los miniheads

Los miniheads, mote acuñado por mi amiga Me, somos esa raza de seres humanos con la cabeza más pequeña de lo normal y ligeramente desproporcionada al cuerpo. 

Algunos de los nuestros les cuesta aceptar que tienen el tamaño de un guisantes en lugar de una calabaza. Utilizan excusas como... No es que a mí los sombreros no me quedan bien... Sí, claro, como que parece que llevemos satélites allí arriba. Yo, por ejemplo, tengo problemas para encontrar talla de casco de moto. Tengo que utilizar una talla xs o ya la grande de niño.

Siempre pensé que lo mío era de tamaño más bien chiquirritín pero no me di cuenta hasta hace poco, comparando unas fotos en las que salía gente de testa normal, lo reducida que era la mía. Y, fue entonces, cuando descubrí que pertenecía a los miniheads. 

Toda mi vida alejándome de las tribus urbanas para acabar metida en ésta. ¡Yujuu!

Ahora me fijo más en ésta tontada y abriendo los ojos a mis nuevos compatriotas puedo decir que no somos pocos. Porque, a ver, no nos engañemos, en éste país abundan más bien los cabezones. En mi oficina hay otra compañera unida al movimiento pro miniheads para un mundo libre. Nuestro lema, 'En el pot petit, la bona confitura'. (traducción: en el pote pequeño, ¡la mermelada está buenísima!) 

En este punto he de esclarecer que la preocupación por el tamaño... De mi cabeza, de, mi, cabeza, que es de lo que os estoy hablando, desviados y marranos, me llevó a averiguar que la inteligencia, como muchas otras cosas, ejem,ejem, no se mide por su tamaño sino por las arrugas que tiene nuestro cerebro. Lo de tienes el cerebro plano no es a baladí, ya veis. Yo para mí que cada día por la noche algún ser imaginario me da la plancha porque día que pasa, más taruga que soy. Y, lo curioso, es que a medida que te vas haciendo mayor tú te vas quedando como una pasa vieja y tu cerebro no, no va alimentándose de inteligencia con más arrugas. Él se queda cada vez más rígido. Si es que estamos mal hechos, ¡coño! ¡No me jodáis! Tú con todo de pieles colgalderas y arrugas y el cerebro acartonao! ¡Venga, ya!

La gente suele reírse de mí cuando asocio a las personas a los animales con los que tienen similitud a la hora de escoger pareja. Un cara ratón jamás podría estar con una cara pez. Es parte del juego que está más que estudiado pero como yo no soy erudita pos me invento mis propias teorías, no del todo erróneas. Pues con las cabezas imagino que pasará igual:

"Mujer soltera minihead busca hombre de similares características en centímetros cuadrados de tejado."

martes, 2 de julio de 2019

Personas, personajes y personajillos


Mi abuela siempre decía que me gustase o no en este mundo había de haber de todo. Hoy, vamos a repasar a unos cuantos que no tienen desperdicio y sin ellos el mundo quizás sería mejor pero más aburrido seguro.

En primera posición, en la pole, tenemos al ansias. Ese compañero que te viene a dar golpecitos en el hombro mientras estas trabajando, a tus cosas tranquilamente, para informarte que te acaba de enviar un mail y cuando le preguntas si es urgente te responde que no, que es para que lo sepas. Aja... (crisis nerviosa incoming...)

Luego tenemos a la que te menciona en 100.000 sorteos en las redes, como mi amiguita Me. Y cuando dices Oh, sí, mola, éste está guay, te das cuenta que para entrar en el concurso debes compartir la foto, mencionar a todo el vecindario, seguirlos a ellos, hacer el pino puente, dar tres pasos al oeste y dos al este... ¡Joder y que ves que 20.000 personas ya lo han hecho! ¡Que asín a mí no me va a tocar nunca! Que en la tómbola del mundo yo he tenido muchas suerte porque todo mi cariño a tú número jugué, yo soñaba con tu nombre, deseaba conocerte y la tómbola del mundo me premió con tu querer... Y sí, sí, a la jodía siempre le toca la tómbola.

Y qué me decís de esa persona que se deja siempre las puertas abiertas, eh, qué. ¿Qué? Más de un chichón ha caído por culpa de esos sinvergüenzas despiadados con esas esquinas traicioneras expuestas a tu cabeza. Vale..., sí, yo soy una de ellas. Lo admito. En mi casa todo los armarios tienen abierta una de las puertas. ¡Coño vivo sola! Y, sí, aunque es puro pragmatismo yo también me dao y me tenido que cagar en mi misma.

Otra sería la mosquita muerta, suele hallarse sobre todo en la banda más femenina, esa que va de sensiblera, esa que con su inocencia y un abatir de pestaña te convence de lo buena persona que es y luego, cuando te confías, ¡Pam! Te da por detrás. ¡Oh, vaya, sorpresón! La mosquita se convierte en moscardón negro, peludo y asqueroso. Un bicharraco que solo lo ves tú mientras que el resto sigue cautivado con su cándida mirada de seis ojos. Peligrosa, muy peligrosa. Id con cuidado. Aunque no hay que confundirla con la bleda asoleiada (azelga expuesta demasiado al sol). Esa o ese, aquí sí que ya encontramos más paridad, se encuentran exentos de maldad alguna y fluyen por la vida con una inocencia perpetua.

Por último, sin menospreciar esta digna posición, nos encontramos con la pone nombres. Sí, lo sé, he tocado hueso. Aquí sois más de una, eh, pillinas. Esa persona que tiene que bautizarlo todo. La que su filosofía se basa en que las cosas con nombre duran más o las plantas crecen más bellas.  Si tienes cerca a una de esas personas cuando te compras algo siempre lo primero que te pregunta es si ya les has puesto nombre y como contestes que no ya te mira con cara de... Pues se lo tienes que poner porque sino...  Y, entonces, te ves atrapado y con la obligación de ponerle uno porque sino... Así que recientemente, conmigo tengo a Bruce, Axel, Clarence, JLo y un intento de Vicentet que no acaba de cuajar con mi pequeño Smart.

Y para rematar está la bloguera humilde que no cesa en colgar sandeces y que lo normal es que no lo lean más de 20 o 30 personas pero ellas sigue porque con saber que una sola de ellas se rie ya le basta.



P.D.: Aviso, no voy a cerrar por vacaciones.