lunes, 10 de diciembre de 2012

Chocolat, mon amour


Dicen que un clavo quita otro clavo y en mi caso a sido un poco así. Desde que dejé el tabaco me he reecontrado con mi viejo pero no olvidado amor el chocolate. Hace poco me hice unos análisis de sangre y estaba convencidísima que en lugar de sangre me sacarían chocolate a la taza.

Miro atrás y veo que siempre ha estado allí, en todos los momentos, buenos y malos. Que entrañables recuerdos me vienen a la cabeza cuando de niña me llevaban a una granja muy famosa de Barcelona a tomarnos un suizo con churros. Era y todavía es un local muy peculiar de la ciudad condal. En una de sus paredes tiene una enorme fotografía con vacas pastando en el campo. Como yo no sabía como se llama el lugar siempre le decía a mi madre de ir al sitio de las vacas. 

Nuestro cole era muy molón y nos daban una especie de tableta blandurria para untar en el pan.¡Esteba de rechupete!

Para mi era traumático ir a la pastelería a por la meriendilla. Tardaba una eternidad en decidir qué cruasán quería. Y es que era una tarea muy difícil. Estaban todos buenísimos pero siempre ganaba el más sencillo, sin nada con una tableta de chocolate o el relleno de chocolate.

Esos desayunos, los fines de semana, a base de tostadas con leche, cacao, avellanas y azúcar. ¡Cómo te ponías hasta el codo unta que te unta!

A medida que me he ido haciendo mayor, mis tendencias y sabores han cambiado con respecto a este maravilloso alimento. Cuando eres pequeño no te gustan los sabores tan fuertes y el chocolate con leche y el chocolate blanco son lo más. Ahora prefiero algo más intenso.

Y los bombones, oh, dulce placer contenido en una caja de colores. Qué listos eran esos caballeros que regalaban bombones a sus amantes. ¿Ya se ha perdido esa bonita costumbre o es que yo no he tenido mucha suerte en este aspecto?  Pero como yo soy una mujer muy apañada he aprendido hacerlos y, no es que lo diga yo, pero me salen buenísimos y me puedo estar de romanticismos inexistentes.

El chocolate es bueno, es divertido, quién no se ha untado los dientes con el chocolate y ha sonreído para que se le viera toda la boca negra. El chocolate puede darte la energía de un león. Yo cuando estoy un poco baja de ánimos me como una porción de chocolate y para adelante, mejor que un café bien cargado. También es increíblemente sensual. Notar como se deshace en tu paladar agudizando tus sentidos mientras lo acaricias con la lengua... mmmm... babeo solo de pensarlo... El chocolate también puede ser un condimento sólo apto para adultos en situaciones X y aunque digan que es un sustitutivo del sexo si lo haces partícipe puedes obtener muy buenos resultados. No excluyamos una cosa de la otra, por favor.

¡Y lo que si que me parece inconcebible y casi paranormal es que exista gente a la que no le guste el chocolate!

1 comentario:

  1. Lo diré en tres palabras: crusán chocolate calderón. El crusán más bueno que he probado nunca. Hace ya 9 meses que no me como ninguno y gracias a esta entrada me está entrando el mono...NOOOOOOOOOO

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