Con ellos ya pude rememorar la gran película de La princesa prometida, me tronché de risa con Aterriza como puedas y canté a cual posesa con Grease. Pero el otro día tocaron mi fibra sensible, hicieron un pase con la madre y la tía de todas las comedias románticas, dos hits de las féminas adolescentes en los ochenta. Pretty Woman y Dirty Dancing. Fuímos más de 1.800 personas las que pudimos celebrar tal evento y yo con mi camisetita de "nobody puts Baby in a corner" iba más feliz que ná.

Y es que amigos, quizás no sea muy normal que películas como estas me hagan sentir tal excitación que me cueste hasta dormir pero me encantan y me encantarán siempre. Porque seamos prácticos, parece que ser puta es una delicia y solo tienes que esperar que un ricachón te saque de la calle. Que Johny, nuestro machote protagonista de Dirty dancing es un gigoló, que deja muy clarito que no solo baila con las señoras adineradas de Kellerman's. Y no es por meterme ya en controversia pero ¿y el aborto ilegal en dirty dancing? ¿Cómo nuestros padres nos dejaron ver estas pelis? ¿Cómo permitieron que nos dejara una huella tan marcada en nuestra creencia del príncipe azúl, del caballero andante que nos sacará de nuestro hastío? Gracias y mil gracias, pues me importa un pito todo eso y me hizo increíblemente feliz en su momento verlas y lo fui todavía más el viernes pasado al volver a recordar ese dulce momento de mi vida junto amigas de hoy y de entonces.
Aquí os dejo un video del momentazo de la noche.
Va ser una caña! Quina pena que estiguéssis tant lluny!!!!!
ResponderEliminarCuando vuelva por ahí nos vamos a una sesión...
ResponderEliminarDisculpad, ahora el video si que es el del momentazo, momentazo de la noche!! :-D
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