No os penséis que por el título del post me he
sumido en una depresión oscura e irremediable pero es que realmente soy así. ¡Soy un despiste con
patas! Una perdedora nata de cosas. Lo pierdo todo.
Cuando era pequeña, en
verano solía pasar unos días en un campamento. No era un campamento de esos para gordos como salen en las
películas ni nada de eso, era más tipo American Pie pero sin meternos flautas por... Bueno, que
ya me estoy enrollando con mis frickadas. La cuestión es que mi mamá antes de
irme siempre me decía que si conseguía volver con toda la mochila igual y sin
perder nada me hacía un regalo. No servía de mucho pero la buena mujer lo
intentaba. A la vuelta, siempre le tocaba comprar todo lo que había perdido. Creo recordar que sólo una vez me regaló una muñeca. Iba en una
cesta de cuadros vichy rojos. ¡Qué
bonita era!
Unos treintaymuchos años después sigo perdiendo cosas a
cascoporro. El otro día perdí un pañuelo de flores de casi metro y medio
de largo. ¡Qué rabia me dió! Y es que, en ese sentido, yo soy un poco tontica y pronto le cojo cariño a las cosas.
Lo que no entiendo, por eso, es que yo vivo en un barrio en el que es
imposible ir solo por la calle. ¿A caso nadie vió que llevaba mil cosas en las
manos y que se me pudo caer el pañuelo? Como diria mi nuevo mejor amigo Holden Caulfield (¡Gracias, M!) ¿no os
fastidia cuando la gente ve que vas perdiendo cosas y no dice nada? De verdad, como me molesta que la gente haga cosas así. No cuesta tanto avisarles, aunque no les conozcas.
A principios de año perdí un reproductor de música, con vete tu a saber
qué había dentro. Da como vergüencita
que alguien lo encuentre (o lo churrumangue). No sólo por la música, de un gusto exquisito y una
gran selección de temas sino porqué lo utilizaba como unidad de almacenamiento
de cosas mías. Descartar de vuestra mente fotos guarrindongas. ¡qué soy una
mujer decente y yo no hago esas cosas!
También he perdido un número imposible de determinar de
calcetines. ¡Qué cabroncetes son los jodíos!
Con ellos es al revés, Dios los junta y ellos a la mínima se separan.
¡Se van al mundo de los calcetines de nunca jamás y encuéntralos!
En cuatro meses tres anillos que han desaparecido de mis
dedos(Flor pequeña, la dama antigua y blanquito)y es que debo ser de las
pocas princesitas que corren por el mundo que la expresión caersele los anillos
es como la vida misma. Que no es que me los haya quitado y me los haya dejado por ahí, es que
me han desaparecido de los dedos por arte birlibirloque. Deditos finos y anillos estandars no se
lleban demasiado bien. ¡todos se me caen!
Ya tengo ganas que sea mi cumpleaños para recibir los
regalitos de este año. ¡Eh, que yo con este post sólo doy ideas! Que no es necesario que os esperéis a mi cumple, ya sabéis que yo de regalitos acepto todo el año.
Y es que amigos, quizá no sea normal perder tantas cosas pero me consuela que hay gente mucho, pero que mucho peor que yo. Aunque ya se sabe que consuelo de muchos, consuelo de tontos.
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