Aunque
no tengo aire acondicionado, mi casita tiene unos ventanales enormes y
con las contraventanas cerradas pasa un airecito de lo más bueno.
No
somos conscientes en absoluto que no sólo entra el aire cuando abrimos
las ventanas sino que también sale el ruido de nuestras casas. Alguien,
ayer, estaba viendo una película de esas épicas en la televisión y yo
sola en mi cama gigante parecía la reina de Saba.
El
otro día, me comuniqué con mi madre que esta de veraneo en el pueblo
vía Skype. ¡Qué modernez y qué maravilla, oigan! Como yo soy tirando a
vergonzosa y reservada tenia la voz puesta al mínimo y las ventanas
cerradas. Pues ayer, una chica argentina hizo lo mismo con su mamá, creo
que se pensava que Argentina es el pueblo de al lado porque gritaba
como una condenada. Al menos, me consuela que su hermana ya está mejor
del resfriado, pero qué pena que este año no pueda ir a visitarles, pues
con gusto le pagaba yo el billete.
El
problema no está en lo incívica que es la gente, que lo es. El problema
es que no nos damos ni cuenta que no estamos solos en el mundo. ¿Cómo
podemos vivir en una ciudad tan llena de gente y no darnos cuenta que si
gritamos o cantamos a las 4 de la mañana quizás, quizás molestemos a
alguien...
Ayer,
fue el día de Barcelona International Gràcia Night. Por debajo de mi
casa puede escuchar tantas nacionalidades que debajo mi balcón parecía
la ONU!
A
veces, pienso que es una lástima no estar como una cabra. Mientras
disturban la paz de mi hogar e impiden que Morpheo haga su trabajo, me
gusta imaginar que lanzo mis pipis i mis extrementos a los viandantes
maleducados y chillones. Estoy convencida que si te cayera una caca
humana en la cabeza, ¡no volvían a gritar en la vida, maleducado
tocapelotas!
En
fin, que llevo días sin dormir bien y eso empieza a afectar mi humor. Y
como cada día estoy más pallá que pacá, la normalidad ya me queda a
Cuenca y un día de estos, como decía mi abuela, tindrem un disgust!!!
¡¡¡Felices vacaciones, amiguetes!!!
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