miércoles, 31 de julio de 2013

Las profesiones del verano

Siguiendo mi exitoso post Las profesiones más antiguas del mundo, quería hacer un especial verano. ¡Cuánto especímen que sale al sol en esta época!

Para empezar en materia, tendríamos a los aguafiestas. Digas lo que digas te lo va a fastidiar. ¡Por fin vacaciones! Si, bueno, sólo tienes 15 días y se pasan en nada, eh. Qué propones un plan, te lo va a joder. ¿Vamos a la playa? No, que habrá gente. ¿pos qué quieres que haya en verano, conchas marinas para ti solo? Y asín puede convertirse en una fuente inagotable de rebatir tu pequeña y espontánea felicidad veraniega. Al aguafiestas se le quiere, porque en el fondo es un personajillo entrañable que luego echa de menos lo bien que se lo ha pasado en verano de aquí para allá.

La fasión victim. Lamentablemente, de estas el verano esta lleno, como cucas salen a la calle con su escudo de soy una chica sexyns, es verano y qué. Bueno, pos si y qué hija, y qué, que vas enseñándolo todo. Que no tengo porque ver tus nalgas celulíticas, entreviendo la parte de tu ser más oscura. Ni tus pezones apuntando al horizonte, que el sujetador no pasa de moda porque haga calor, señorita. Ahora me he sonado a mi misma escribiendo estas letras a una viejecita que, el otro día, iba gritando por la calle "¡¡el culo, niña que se te ve el culo, el culoooo!!!" Pobrecita señora, no vio que era una fasión victim.

Y por supuesto, tenemos a su compadre el hortera veraniego. El que cree que poniéndose encima todos los colores del mundo ya es verano. Es que el verano es alegre, dicen. Son los que aprecian la comodidad de los calcetines en sus sandalias. Los que llevan slip florescente en la playa. Los que llevan gafas de sol y gorra en la discoteque. Vamos, que son fáciles de reconocer, seguro que todos conocemos alguno y por apuro no le decimos nada.
 

El masoquista. Que de estos hay varios. Desde el que con gusto se lleva a la abuela, a la suegra y sus 3 hijos a la playa, con la sombrilla, la sillita y los flotadores pa los niños, como el que se pone a correr maratones a 30 grados bajo el sol para estar en forma y lucir tipito por el paseo marítimo. Al que es capaz de hacer carabanas de horas para pelearse por un grano de arena. Al que es capaz de chorrear sudor a mares para conseguir un cubata en la discoteque de moda y poder invitar a la guiri borrachuza. ¿Masoquista se hace o se nace?
 

Luego tenemos al mentiroso. El que se pasa todo el verano haciendo cosas, yendo a mil sitios, excursiones, playa, barbacoas, fiestuquis y le miras a su blancuzca piel, a sus ojos enrojecidos y lo ves. ¡Eso no son de los gin tonics! ¡Eso es de jugar horas a la consola, Manolito! ¡Que a mi no me la pegas!

Y es que en verano la normalidad también se va de vacaciones, que todos tenemos derecho, oigan.

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