miércoles, 8 de enero de 2014

Hace mil que no...

Los humanoides utilizamos esta expresión para referirnos a aquello que hace mucho que no hacemos y que nos apetecería hacer pero que por circunstancias x no hacemos y que a menudo salen en nuestras conversaciones diarias.

Os puedo poner dos ejemplos claros de dos chicas sorprendentemente listas, apañadas y activas. Que con gran facilidad podrían alcanzar sus objetivos pero que el número de veces que me han dicho "Ah, pues yo hace mil años que no..." empieza a ser sorprendente.

El primer ejemplo lo encontramos con M. No en la M, eso es diferente y por ahí no van los tiros. Me refiero a mi querida fan M. Que desde que en el 218 a. c. los romanos conquistaran al pueblo íbero y probaran su fabuloso manjar, aquí mi compi ya va diciendo que "Ah, pues yo hace mil años que no como chocos." Ya ves tus, con lo fácil que es bajarse al bar de abajo, pedirse unas cañas, unas bravas y si, unos chocos. Dieta básica de cualquier dominguero que se preste de entre las Españas. Y es que los chocos, con un buen chorrito de limón están, como diría ella misma, de lo más riquete.

El otro ejemplo del que os quería hablar es de mi buena amiga P. No, no de Penélope Cruz, de esa ni hartá de vino sería yo amiga suya. Tampoco es porque me caiga mal y quiera llamarla p_u_t_a, que pobreta meva no se merece una palabra tan gorda. P porque su nombre también empieza por P y más que nada para guardar su anonimato. Bueno, dicho esto, mi querida amiga, de un tiempo hacia acà, también, en varias ocasiones, le he oído decir más de un "Ah, pues yo hace mil años que no como pizza." Otra cosa, que al parecer, es un manjar sólo para Reyes y sino que se lo digan al Rey Fernando, que se rumorea que se ponía ceporro a pizzas aún habiéndoselas prohibido la Reina Isabel, la muy católica. Aún así, querida P cuando quieras te acompaño a comer una. Que ya sabes que no hay cosa que me guste más es la buena manduca regada con un buen vino (o no, jijiji) y una mejor compañía.

Yo hace mil que no hago muchas cosas y algunas de las que me apetecería mucho hacer. Estaría bien que lo normal no fuera tener una colección "Ah, pues yo hace mil años que no..." en el cajón de la mesita y airearlas un poco más. Así que, para este año que empieza, quizás un propósito fácil de alcanzar podría ser dejar los hace mil para convertirlos en un "pues hace un rato me he metido entre pecho y espalda..." o "pues ayer, al fin, pude..."

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