martes, 4 de marzo de 2014

Personas normales


Últimamente, me he encontrado gente que muy tranquilamente me han mirado a la cara y, viniera o no a cuento, me ha soltado un "pues yo me considero una persona muy normal".

Cuando eso pasa, que ya os digo que es bastante a menudo porque todos nos creemos normales, mi cerebro sobrerevolucionado al oír la palabra normal, a la velocidad de la luz reacciona de diferentes formas:

1. Este tio/a ha leído mi blog y me está tomando el pelo. Si, si, soy mogollón de egocéntrica y me creo que tengo millones de fans. 

2. Cuando descarto esa tontería y me doy cuenta que el tipo/a me está hablando en serio, mis pupilas se dilatan de incredulidad y lanzo una sonrisa benévola. Le entiendo, yo también, a veces, caigo en las zarpas de la falsa apariencia de mi normalidad.

3. A medida que la conversación va avanzando y voy viendo que más que normal el interlocutor que tengo en frente tiene cualidades especiales, tanto maravillosas como horripilantes, dependiendo de quien, claro esta, me vienen unas ganas tremendas de darle la dirección de mi blog para que, al menos, la próxima vez que vaya por ahí diciendo que es normal, se acuerde de mi. 

4. Se me queda grabado como a fuego en un rincón de la memoria y cada vez que esa personita me dice o hace una sandez no puedo evitar pensar... "¿seguro? ¿tu? ¿Normal? ¿quieres decir...?"
 
Y ahora, probablemente todos los que me conocéis personalmente estaréis rebuscando en vuestro cúmulo de recuerdos compartidos conmigo cómo y cuando me dijisteis que eráis normales. ¿Por qué lo habéis hecho verdad? Seguro que en algún momento lo habéis hecho, quizás no a mi pero estoy convencida que más de uno y de dos a dicho en algún momento de su vida "pues yo me considero una persona muy normal". No os preocupéis, no os lo tengo en cuenta y os quiero igual. ;-D

Desde luego si pudiera patentar la palabra normal, me ganaría un sobresueldo la mar de majo porque mira que tendemos a querer ser todos normales y genéricos. ¿tanto miedo nos da la diferencia que somos incapaces de decir: "pues mira, yo soy especialito! Tengo mis rarezas pero soy encantador". Si, realmente sonaría raro de cojones y conociendo a la humanidad seguro que acabaríamos todos diciéndonos los unos a los otros que somos raritos y especiales.

¡Y hasta aquí la tonterida de la semana! ¡Hasta la semana que viene seres normales... o no...!

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