En fins, mientras haremos como cualquier hijo de vecino cuando no sabe muy bien qué decir. Hablar del tiempo, por supuesto.
¡Me cago en la lluvia y todo lo que se moja! Es que yo no le veo la gracia por ninguna parte, señores. ¡Qué romanticismo ni que mandangas! ¡Oh, es que es tan bonito ver llover desde la ventana...! ¿Pero tú te has dado cuenta que estás encerrado en casa sin poder hacer otra cosa que ponerte a mirar como un demente por un cuadradico de cristal? Que no, que no me gusta, lo siento. A, por mucho que lo intentes, no me vas a convencer que es bueno porque sanea el ambiente y todo lo que tu quieras. A mi me pone de los nervios cada vez que veo juntarse cuatro nubes de color cachumbo. Que mi destino lo controle un rayo de sol o un rayo eléctrico me saca de quicio, la verdad.
Esa es otra, noches y noches sin dormir por culpa de los rayos y los truenos, vaya escandalera que meten los tíos. Que a mi me dan microinfartos cada vez estalla el trueno. Que vas contando los segundos como un tonto a ver lo lejos que está la tormenta y como es variante el sobresalto te lo llevas igual. Encima, yo que soy de susto fácil, pos ni os cuento el mal rato que me llevo.
Lamentablemente, a mi querida tierra, últimamente le ha dado por llover cada dos por tres. Que llevamos unos mesecitos que vamos. La frase más repetida por las calles y entre el gentío viene a ser la de "uy, no te preocupes, esto sólo es una tormenta de verano" Esa frase, se caracteriza sobretodo por su singularidad. ¡Una! ¡No toda la puta época del monzón encima de nuestras cabezas!
Que si quieres ir a la playa, a media tarde ya empiezan los nubarrones con sus amenazas y pum lluvia. ¿Cómo mola cuando llueve en el mar, eh? ¡Nooooo! Me gusta el sol y me gusta tostarme, que por eso me he puesto un bikini que me queda estupendo y he venido a enseñar mis carnes. No hacer el panoli desde un chiringuito muerta de frío.
Que si quieres ir a la montaña, nada y más de lo más, te llenas de barro hasta las rodillas y en lugar de pasar un día magnifico en el monte acabas peor que los de humor amarillo, saltando las zamburguesas.
Que si vas a trabajar, mierda pura, porque yo al menos voy en moto y no sólo porque a la mínima se cree un caos tremendo sino porque depende de como te puedes quedar a cual pollito remojado por el agua del cielo, los charcos, las ruedas ajenas... Que a veces, ya no sabes ni por dónde te llega el bofetón de agua.
¿Y qué me decís de la moda lluvia? Que casi no parecemos fantoches ni nada los seres humanos cuando el diluvio universal nos acecha. Que para una niña cuqui que ves, sotopocientos que vamos con chubasqueros tres tallas más grandes o paraguas medio rotos. Porque mira que es inútil un paraguas cuando hace viento. Pero nosotros erre que erre luchando contra viento y marea con el palitroque ese en danza. Mi madre siempre dice que le va mejor porque así no se moja las gafas. ¡Coño, las gafas quizá no pero el resto del cuerpo seguro! ¿Dónde han quedado esas yayonas con bolsas de plástico en la cabeza? ¿Será porque ahora se las cobran a 5 céntimos? Y luego están los valientes como J que salen a la calle como si el aguacero que está cayendo no fuera con ellos llegando a los sitios calaos hasta las entrañas y demostrando una salud de hierro porque aquí una ya estaría con el moquillo de adorno bajo su nariz.
Pero si hay una cosa segura en esta vida, es que siempre acaba saliendo el sol. Incluso, si hay suerte, quizás salga el arco iris y podamos colapsar el face o el insta a base de fotos molonas de este maravilloso efecto óptico que nos brinda la meteorología.
Estoy contigo, odio que llueva, deberían prohibirlo! Al menos de día :)
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