lunes, 22 de diciembre de 2014

Oiga señorita, yo no debo nada - Conversaciones con el Banco Sabadell

Hacía ya tiempo que no escribía una mis anécdotas y es que hacía ya mucho que no me pasaba nada digno de mi frase favorita: "es que lo tuyo no es normal, a ti siempre te pasan cosas raras..."

Rondaban sobre las seis de la tarde, que yo iba cargada con el capazo de la compra. Como por mucho gimnasio que haga soy de cansarme en un suspiro, opté por tomar el ascensor como hago habitualmente.

En esta ocasión estaba sola en el cubículo destinado a elevarme hasta el piso en el que resido. Dejé el cesto pesado, apreté el botó correspondiente y en el momento en que empezó a subir el cacharro ese, oí una voz femenina que me hablaba:

- Buenas tardes, le llamamos del Banc Sabadell para informarle que tiene usted un impago... 

En un primer momento, casi me cago, pensé qué cojones es esto y quien coño me habla.

Mientras, la buena señora seguía con su retahíla:
 
- Por favor, póngase en contacto con nosotros lo antes posible.

Yo miraba para todas partes, no sé muy bien si para buscar de dónde salía el sonido o para buscar la cámara oculta. Pero vamos que la cara de tonta el bote que estaba poniendo, no me la quitaba nadie.

Para cuando la oficinista bancaria acabó de dar sus señas telefónicas para poder ponerse en contacto con ella, descubrí que su metalizada voz venía del altavoz que hay en el cuadro de mandos, ese sitio donde residen "ellos", por si algún día de estos se estropea el ascensor y te tienes que comunicar con alguien para que te rescate de allí. 

Os juro por Dios, que en mi tontuna habitual, estuve a punto de contestar a la señorita. Que me acerqué y todo a los agujeritos. Es que, a mi que me llamen morosa sin poder defenderme, como que me molesta un pelín. Y que, como soy más buena que un pan, me sabía mal por la buena mujer que su mensaje estaba cayendo en saco roto.

-Oiga señorita, yo no debo nada y creo que se equivoca, eh. Que esto es un ascensor.

Como en cuestión de segundos llegué a mi destino, salí sin más, sonreí y para mis adentros pensé "¡ya tengo anécdota para Normal?!"

Se ve, que por alguna extraña razón, porque ya te digo yo que esto de normal tiene más bien poco, la señorita del Banc Sabadell, había llamado a un señor que en ese momento no estaba y 
al dejar su mensaje en el contestador, se había acoplado al altavoz del ascensor. Cosas de las nuevas tecnologías que no entiende ni su madre y que a mi casi me da un infarto con la coña. Que más que altavoces, en los ascensores deberían poner un desfibrilador para cagonas como yo.

2 comentarios:

  1. Jajajaja a mí me pasó algo parecido una vez. Teniamos un radiocassete en marcha y de repente escuchamos por ahí una conversación de teléfono enterita!! Cuando colgaron, volvió a sonar la radio. Mi compañera de cuarto y yo nos quedamos con la boca abierta toda la conversación jajaja

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  2. Yo no entiendo mucho de ascensores, pero si me pasa algo así le doy al stop y me voy corriendo al banco sabadell a pagar lo que sea. Y si no me quieren cobrar les dejo propina por si acaso...
    Saludos.

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