Esta semana, para desgracia de mis ojos canicas, he visto como dos hombres, ya adultos y con conocimiento, se rascaban el culo más allá de un simple aflojamiento de calconcillo, un hurgamiento poco decoroso en medio de la calle, aprovechando un semáforo en rojo.
Y es que los humanos en general, nos convertimos en auténticos espeleólogos profesionales a la hora de explorar ciertas cavidades de nuestro cuerpo cuando creemos que no nos ven. Y para ser sinceros, sobretodo los homo erectus masculinos, que hay algunos bastante cochinetes, para ser justos ya que las féminas somos más pulidas para estos menesteres. Que estará ya muy establecido que uno se saque los mocos y masa encefálica en el coche pero vamos que normal no es. Esa uñica afilada... Todos sabemos de lo que hablo y da mucho asquito.
Las chicas es diferente, cuando creemos que no nos ven somos más de ir mirándonos por todos los cristales de la calle. Yo reconozco que me encanto en todos las porterías y escaparates, que alguno pensará ¿para qué le interesarán tanto a esta chica unos pneumáticos Dunlop high quallity antideslizante para carreteras extremas? Un día de éstos, me dejo la piñata en una farola por ir mirando como mi maravilloso pelo flota al viento.
También soy de las que si lleva la música puesta se pone a canturrear o a mover el pie mientras espero a cruzar la calle. El problema es que si me doy cuenta aún es peor porque me voy apretando el labio para que no se me escape y evidentemente, voy andando con una cara monguer que para qué. Y luego, me preguntan porqué me da vergüenza salir a correr, ¡si es que es pa verme! Pero en este mundo de locos no estoy sola, el otro día, me hizo mucha gracia un chico que se puso a tocar la batería en el aire. ¡cómo lo vivía el chaval! Eso sí, una lastimica, tan joven y tan tocado del ala...
En fin, que hoy me ha por esto como me podría haber surgido por los ruiditos que hacemos cuando nadie no nos ve y creemos que nadie nos oye. Porque todos sabemos que los lavabos no están insonorizados y el culo no se inventó con sordina.
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