Dicen los expertos, leí una vez, que la cara
de la persona a la que amas o has amado te es imposible recordar. Que
tu imaginación puede llegar a interpretar los gestos o las muecas que
pudiera hacer pero que no la puedes ver de forma nítida como verías
cualquier otra cara. ¿Curioso verdad?
También
me parece muy interesante eso que tenemos las personas de ir viendo
caras por los puestos. Se supone que cuando éramos más monitos y
asalvajaos era vital para nuestra supervivencia reconocernos los unos a
los otros en medio del bosque agazapados entre los zarzales y por eso
ahora nuestro cerebro es capaz de reconocer caras donde no las hay. Como
por ejemplo en sándwiches o nudos de la madera. A esta característica se
la llama pareidolia.
A parte, el ser humano
tiene otras características importantes a tener en cuenta. Muchos de
ellos cuentan con una cara muy dura. Otros, tienen más cara que espalda,
posiblemente, familiares de los caraduras. Otros son cara culos,
seguramente sean los culpables de que sus mujeres o maridos tengan cara
de pedo. En general, éstas dos últimas especie de humanos, suelen ser
muy infantiles e inmaduros, hay que hacerles poco caso.
Yo
creo que tengo una cara muy común, tirando a mofletuda, ojos canica o
como dice mi querida M de tita morta y una sonrisa que voy repartiendo a
los que más quiero ¿Lo normal, no?
** Un beso a mis cara ñu favoritos!
** Un beso a mis cara ñu favoritos!
Vaya, lo que aprende uno en la blogosfera. Ahora me entero de que sufro pareidolia..., y además pareidolia galopante, porque en la fachada de la casa de enfrente suelo ver bastantes caras, aunque no sé si serán caraduras...
ResponderEliminarSaludos.